La mujer rural como protagonista directa en la producción agropecuaria, como sostenedora de la familia, como productora de sueños, de proyectos; hoy es espectadora de una película vivida hace una década atrás.
Donde se derrumba el fortalecimiento de la familia con educación y trabajo, inmersa en una incertidumbre carnal por el futuro de sus hijos y su presente.
Por todo esto no vamos a claudicar en la lucha, a la par de nuestros dirigentes, tratando de llegar a todos los ámbitos donde nuestros reclamos se escuchen y se atiendan.
Elegimos el diálogo, la palabra, no por esto menos contundente, nuestro reclamo va mucho más allá de las retenciones segmentadas a la soja, aunque no es un tema excluyente, estamos convencidas que el autismo del gobierno genera una crisis social, que arrasa con los proyectos propios y ajenos. Sumergiendo a un país a una inconcebible parálisis productiva.
Como Federadas asumimos un compromiso, sin micrófono, sin mediatización, pero con un objetivo claro: la defensa del pequeño y mediano productor, de los pueblos del interior y el fortalecimiento institucional.
MUJERES FEDERADAS DE ALVAREZ
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